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Pamela Yates y el cine sobre derechos humanos

Me gusta pensar que nuestras películas tienen impacto en nosotros, en nuestras ideas en cómo contamos historias y cuáles son las posibilidades de cambiar y tener un mundo mejor.

Publicado: 2018-08-29

Si hablamos de cine documental en derechos humanos Pamela Yates es una referente mundial en este género. Desde hace dieciocho años ella concentra sus esfuerzos en documentar historias humanas que involucran conflictos sociales pero siempre desde una mirada positiva de los hechos. Su documental "Estado de Miedo" (2005)  State of Fear: The Truth about Terrorism realizado en nuestro país construye la época del conflicto armado desde la voz de los testimonios de las víctimas y de los actores de la Comisión de la Verdad, el documental ha sido doblado al quechua, proyectado en 154 países y traducido a 47 idiomas. Este año la documentalista estuvo invitada a participar en la vigésimo segunda edición del Festival de Cine de Lima como presidenta del Jurado documental.


Después de un periodo largo de ausencia del Perú, Pamela nos habla de la revolución en el cine de mujeres, de los derechos humanos y de su última gran obra: 500 años, tercera película en la trilogía guatemalteca estrenada en el Festival de Cine de Sundance. 

FOTO: 
Vera
Lentz



¿Cómo ves el cine realizado por mujeres a nivel Latinoamérica?

Esta vez el Festival presentó una variedad de documentales muy interesantes y bien seleccionados, documental personal y experimental. Hubo excelentes documentales, en América Latina cada vez más las mujeres están teniendo la oportunidad de contar historias desde diferentes perspectivas, clase, religión y etnia. Yo creo que se está generando un movimiento de mujeres en cine que quiere decir que nosotras vamos a tomar el terreno no solo para empoderarnos sino también para tomar más poder, desde el cine comunitario hasta el cine de ficción que maneja grandes presupuestos.


¿Has sido testigo de algún cambio con respecto al rol de las mujeres en el cine?

Ha sido un cambio generacional. Yo he tenido una carrera paralela como sonidista por muchos años, pero siempre estaba metida en cine independiente. Trabajé durante 20 años y casi no había mujeres en el rubro. Viajé por el mundo entero haciendo esto, tuve la oportunidad de aprender otros idiomas, y aprender trabajando con otros directores y directoras. Fue un gran privilegio, pero también trabajaba mis proyectos. Trabajaba como free lance intensamente, regresaba a mi casa para escribir o grabar mis proyectos. Además me dio muchos contactos para trabajar en mis documentales. Una vez hice una película que se llama Take Ovet que lo hicimos en tres días en ocho ciudades  todo con voluntarios del mundo de ficción, 12 equipos voluntarios en ocho ciudades trabajando al mismo tiempo. Así que se pueden utilizar cosas así, trabajar con colegas voluntarios. Hay que buscar formas y balancear maneras, entre lo que queremos hacer lo que hacemos para ganarnos la vida y cómo logramos hacer lo que nos gusta hacer.


Cine documental y los derechos humanos

¿Cómo llegó a ti las ganas de trabajar la temática de los derechos humanos en tus documentales?
Yo crecí con el movimiento de los derechos humanos, la primera vez que escuché la palabra derechos humanos era durante la presidencia de Jimmy Carter. Poco a poco yo empecé aprender y me di cuenta de que hay que abogar a un papel bueno en los Estados Unidos, en el mundo, mientras que su política es agresivamente imperialista, pero también hay otro camino. Empecé mi carrera como cineasta en paralelo con el movimiento de derechos humanos y muchas personas que son líderes en el movimiento son protagonistas en mis películas. Me gusta pensar que nuestras películas tienen impacto en nosotros, en nuestras ideas y de cómo contamos historias, cuáles son las posibilidades de cambiar y tener un mundo mejor, porque si no tenemos esa posibilidad, no podemos ver al mundo mejor.
En el 2005 se estrenó el documental Estado de Miedo, un documental que se basa en la conclusiones de la Comisión de la Verdad y Reconciliación del Perú (CVR). Uno de los aspectos interesantes de este documental es cómo presentas a los personajes que estuvieron involucrados pero desde el lado del privilegio. ¿Cómo encuentras a los personajes claves en un documental, que son finalmente los encargados del relato narrativo?

Además del trabajo de investigación, empezamos asistiendo a las Audiencias Públicas. Ahí conocimos gente y sus historias. Tuvimos la oportunidad de conocer a estas personas que nos acercaron a sus historias y hasta viajamos a sus comunidades. Acerca del tema del privilegio, fue una especie de paralelo con lo que veía que sucedía en mi país, durante la Guerra de Afganistán el sector obrero era el que iba a la guerra. Familias enteras perdían a miembros de sus familias en estas guerras mientras que en Nueva York la vida transcurría normalmente, a nadie parecía afectarle la guerra en especial a los más privilegiados.

State of Fear

Durante el Festival de Cine de Lima presentaron el documental '500 años', que trata de la historia de resistencia de la población de Guatemala, que vivió un sangriento conflicto, una guerra civil, un genocidio y más de 200.000 víctimas, según la ONU. ¿Qué significó 500 años para tu trabajo como documentalista?

500 años trata de la construcción de un movimiento exitoso y las tres décadas de búsqueda de justicia, creando la base para el caso de genocidio contra el general Efraín Ríos Montt – el primer juicio contra un perpetrador de genocidio de indígenas en las Américas desde la conquista española. Estuve seis meses allí para poder establecer relaciones y conocer gente poco a poco, quería conocer todas las facetas de la sociedad y hablar con la guerrilla, con la sociedad civil, con los militares. Yo creo que Ríos Montt pagó por sus crímenes. Él fue condenado y murió como un genocida, su único legado es ser un genocida.

Foto Alicia velasquez

¿Hacia dónde se dirige la mirada de Pamela Yates ahora? Cuéntanos acerca de tus nuevos proyectos

Pues ahora estoy mirando hacia mi propio territorio. La administración Donald Trump, un terrible presidente y cómo la democracia se está viendo amenazada. Sin embargo, tengo una mirada positiva porque pienso que es importante rescatar los esfuerzos que hacen las personas para marcar la diferencia a pesar de los grandes problemas estructurales en los que vivimos.


Escrito por

Inés Ruiz

Decana de Turismo Sostenible y Hotelería de la Universidad Científica del Sur.


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